Históricamente, los estudios de resultados para centros de rehabilitación de drogas se han contemplado sólo una pregunta: ¿el paciente permanece sobrio durante y después del tratamiento? La modelos de reducción de daños sugiere un cambio de enfoque de si el paciente sigue después bebiendo o tomando drogas durante el tratamiento o si el paciente causa menos daño a sí mismo y para la sociedad después del tratamiento.
La abstinencia es una meta posible de utilizar en el tratamiento modelo de reducción de daños de, pero no es el único. Otros pueden incluir una disminución en el comportamiento criminal (como la violencia doméstica o la conducción bajo la influencia), la mejora de las relaciones con la familia, la práctica de sexo seguro, etc.
En el enfoque tradicional, por ejemplo, si un hombre después cinco meses de rehabilitación que se reanuda en las drogas se considera un fracaso del tratamiento. El modelo de reducción de daños que evalúa todos los comportamientos del hombre. Quizás haya dejado conducir bajo la influencia de drogas. Quizá ya no beba delante de sus hijos. Quizá ahora es capaz de mantener un puesto de trabajo a pesar de su pesado fin de semana. Todos estos factores se consideran por lo menos parciales en el éxito del modelo de reducción de daños.
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La etapa de la desintoxicación a la droga puede considerarse como uno de los primeros pasos en el proceso de la rehabilitación para un adicto. De todas maneras, el paso principal, el punto de partida en la recuperación que siempre debe tomarse, es el de la concientización por parte del individuo de su dependencia a las sustancias.
Si el adicto no se convence de su estado y, siendo mucho más importante, se predispone a tal proceso de rehabilitación, los tratamientos no van a surgir los efectos deseados. Es más que trascendente que las intenciones de desintoxicación partan desde la voluntad del individuo vinculado.
Si el comienzo del tratamiento no se da de la manera mencionada, posiblemente sean necesarias medidas inútiles y peyorativas hacia la persona. Tener la voluntad de superar una adicción debe ser el puntapié inicial para todo tratamiento de recuperación.
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El adicto suele ser el portavoz de los problemas disfuncionales de su familia. En otras palabras, es quien a través de la sustancia (alcohol y/o drogas) manifiesta la enfermedad, por ello “el adicto es el síntoma de la enfermedad emocional de una familia”. De manera figurada, la adicción es como un iceberg, el adicto es la punta, es decir, la parte visible que se yergue sobre el mar.
La familia es la base del iceberg, o sea, la parte más grande pero que a simple vista no se ve porque esta sumergida en el mar. Así pues, la enfermedad esta en todos y cada uno de los miembros que integran esa familia y no sólo en el adicto.
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