En nuestra sociedad actual, el consumo de sustancias adictivas se ha considerado como “normal” principalmente el uso del alcohol, el cual se trata de esconder o de dar ocultamiento refiriendo que siempre acompaña en diferentes y sin número de ocasiones y que es básica su presencia en todo tipo de celebraciones o cuando se presentan diferentes estados de ánimo como la tristeza o la alegría y en ocasiones como forma de evasión de la realidad o escape y algunos incluso como una forma de relajamiento.
Sin embargo, lo que no se toma en cuenta es que estas costumbres o hábitos culminan en una enfermedad crónica y progresiva que puede tener consecuencias a la salud muy graves, e incluso fatales por los cambios orgánicos que genera, afectando no solamente al consumidor sino también a su entorno.
El consumo de sustancias adictivas
Tendrá un efecto directo en el sistema nervioso central, lo que llevará al consumidor a modificar en forma negativa tanto su personalidad como su conciencia, incluso estos cambios pueden ser tan radicales que ya no es posible comprender como es que una persona puede cambiar tanto en tan poco tiempo.
Cuando la persona consume sustancias adictivas por largos periodos de tiempo en forma frecuente o en grandes cantidades, el cerebro se adapta tanto a la misma que implica el mantenimiento de funciones que van ahora a depender de su ingesta.
Por el consumo frecuente, el cuerpo se va acostumbrando a sentir los efectos que la sustancia le provoca (síndrome de tolerancia) y, por lo tanto, el efecto buscado va requiriendo de una mayor dosis para sentirlo.
Cuando el cerebro inicia a adaptarse a la presencia de la sustancia, se podrán reconocer los efectos de cambio en el funcionamiento del cerebro, ya que son visibles a simple vista, pero en el momento en que la persona abandona el consumo en forma repentina comienzan a aparecer diferentes desórdenes cerebrales como son: temblor de la lengua, párpados y manos, sudoración, náuseas o vómitos, taquicardia y/o aumento de la presión arterial, agitación psicomotora, cefalea, insomnio, malestar o debilidad, alucinaciones transitorias o ilusiones ópticas, táctiles o auditivas, convulsiones tónico-clónicas y delirium tremens.
Síndrome de abstinencia
Estos signos y síntomas son propios del síndrome de abstinencia y, en muchas ocasiones desaparecen con la nueva ingesta de la sustancia, por lo que la persona se siente “aliviada”, lo que hace que se genere una de las principales causas para no dejar de consumir que es el efecto placebo.
Cabe aclarar que por la normalización del consumo en nuestra sociedad y en las familias, el detectar la presencia de la enfermedad puede tardar hasta varios años para que pueda ser detectada la dependencia que se generó. Por otra parte podemos identificar causas o motivos que refieren las personas que les han llevado a iniciar el consumo de sustancias adictivas,
siendo principalmente estos:
- Problemas para poder solucionar conflictos familiares y/o sociales.
- Problemas con el control de estrés.
- Problemas para poder solucionar conflictos emocionales y/o amorosos.
- Efecto de influencia de festividades culturales y familiares para el consumo.
- Problemas laborales y/o económicos.
- Evitación de solución a problemas. Etc.
En Clínica SER la AYUDA está LISTA.
Llámanos al (222) 231-7626 / (222) 231-7574
WhatsApp 2213490308
Mtro. Adrián Alberto Pérez Méndez
Maestría en Psicología Clínica Infanto – Juvenil
Ced. Prof. 11929943
Terapeuta de Clínica SER
Fuente: https://clinicaser.info/blog/adicciones/danos-asociados-al-consumo-de-sustancias-adictivas/