El estrés
Es una de las situaciones más frecuentes del hombre moderno, actualmente lo padecen más de la mitad de la población, siendo el mal de nuestros días; debido a que la vida tiene un ritmo febril, trepidante, las actividades suceden velozmente y todo tiene que llevarse a cabo con urgencia, aceleradamente, para sacarle al tiempo la mayor eficacia.
El estrés es la respuesta del organismo a un estado de tensión excesiva y permanente que se prolonga más allá de las propias fuerzas, manifestándose a través de tres planos específicos: físico, psicológico y de conducta. La persona estresada lleva acumulado un sobreesfuerzo constante, una tensión emocional y/o intelectual fuerte, un ritmo vertiginoso de vida, sin tiempo para nada y este riesgo conlleva alguna adicción. Su tipo de vida siempre es abrumador, sobrepasado en las propias posibilidades, permanentemente desbordado, agobiado sin un minuto libre, arrastrando un cansancio crónico y atendiendo simultáneamente a demasiadas exigencias inaplazables.
El hombre con estrés vive una tensión constante, y esto afecta a todo el individuo, observando una reacción de alarma, derivada de estar agobiado por mil cosas, y se caracteriza por una serie muy compleja de modificaciones bioquímicas que tratan de compensar ese estado de excesiva actividad. Por lo que una persona debe conocer los efectos del estrés ya que se sitúa en condiciones de vida que la llevan continuamente al borde del agotamiento, pero llega un momento en que sin darse cuenta ese hilo vital se rompe por el sitio más débil.
Síntomas físicos
Estas zonas de ruptura o evoluciones negativas del estrés suelen ser; síntomas físicos como; taquicardia, aumento de la tensión arterial, hiper sudoración, dilatación pupilar, temblores, excitación general, insomnio y sequedad en la boca; síntomas psíquicos como; desasosiego, miedo difuso, disminución de la vigilancia, desorganización del curso del pensamiento, disminución del rendimiento intelectual, desorientación tiempo- espacial y atención dispersa; y finalmente síntomas de conducta como; imposibilidad para relajarse, perplejidad, situaciones de guardia- alerta, tensión muscular facial y mandibular, caminatas sin rumbo (ir y venir), frecuentes bloqueos, irritabilidad, excitación y respuestas desproporcionadas a estímulos externos.
Impactando en la salud mental del sujeto dado todo lo que se está viviendo en ese momento con un alto grado de ansiedad, experimentado pensamientos catastróficos o sensaciones de temor a perder el control o a la muerte, ganas de huir, de marcharse o sensaciones de vacío interior, por lo que es importante identificar a tiempo todas las señales de alarma posibles, se indica acudir a un centro de especialistas para frenar, controlar y disolver todos los síntomas asociados a la ansiedad, adicción o algún otro padecimiento derivado del estrés.
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Mtra. Silvia Tello T
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Mtra. en Psicología Clínica