A continuación se ofrece el resumen de un estudio prolectivo, intencional, longitudinal y experimental.

La relación entre sintomatología de tipo frontal y la adicción a sustancias ha sido reportada en diversos estudios, y más aún, algunos resultados señalan el que las alteraciones de carácter frontal probablemente eran previas y posiblemente predisponentes para el inicio del consumo; agravado el proceso con el consumo activo.

Los lóbulos frontales ejercen un conjunto de procesos cognitivos que conceptualizan las funciones ejecutivas, las que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente.

Las funciones ejecutivas tienen un sustrato neuroanatómico principal, -los lóbulos frontales-, y serán estos los responsables de recibir información del resto de estructuras cerebrales coordinándolos entre sí para realizar conductas proposicionales o dirigidas a un fin.

Se ha visto que una serie de opiáceos y de psicoestimulantes, incluyendo el éxtasis, disminuyen la capacidad de regeneración del hipocampo al reducir la tasa de proliferación de los progenitores neuronales y/o al dañar la supervivencia a largo plazo de los precursores neuronales.

El consumo crónico de alcohol potencia la deposición de los gránulos de lipofuscina (pigmentos de la edad), un polímero no degradable concentrado en los lisosomas; existiendo evidencia de que la lipofuscina obstaculiza la capacidad de degradación lisosomal, provocando así un agravamiento del deterioro acumulado a edades avanzadas, y acentúa los niveles de estrés oxidativo en las células senescentes debido a la abundancia de hierro redox activo. Lo anterior en las neuronas y en las células del corazón. (Terman y Brunk, 2004).

Estos hechos son claros signos de la capacidad de dichas drogas para acelerar el envejecimiento del cerebro.

Si nos referimos a problemas de salud mental, el espectro de consecuencias negativas va desde alteraciones emocionales, perceptivas o cognitivas que duran en ocasiones un tiempo limitado, o verdaderos episodios de enfermedad psiquiátrica, como en el caso de las psicosis relacionadas con la metanfetamina y cannabis (Chen y Lin, 2009).

La disminución asociada a la edad de la ligazón del receptor de dopamina (Volkow, Logan, Fowler, Wang, Gur, Wong, et al., 2000) se ha relacionado con reducciones metabólicas vinculadas a la edad en el córtex frontal y en el giro singular anterior, similares a las observadas en los consumidores de cocaína (Volkow, Fowler, Wang, Hitzemann, Logan, Schyler, et al., 1993).

También se ha demostrado que la metanfetamina daña los terminales monoaminérgicos y los transportadores del cuerpo estriado, tanto en seres humanos como en animales de laboratorio (Volkow, Chang, Wang, Fowler, Leonido-Yee, Franceschi, et al., 2001).

Por lo anterior, es como se ha protocolizado el uso de cerebrolisina en la Clínica SER (Servicio Especializado en Rehabilitación), en pacientes adictos, los que serán seleccionados previo consentimiento informado, para el tratamiento con la sustancia en comento; buscando con esto la promoción del brote neuronal y la ramificación axonal, modulación de la deficiencia neurotransmisora, promoción también de la diferenciación de células madres neuronales y aprovechamiento del efecto antiapoptótico reportado.

La cerebrolisina, es un producto resultado de una preparación peptídica por descomposición enzimática controlada, estandarizada de proteínas cerebrales purificadas.

Consiste en péptidos de bajo peso molecular (10 KD) y aminoácidos. El fármaco se suministra como una solución acuosa y se administra por infusión intravenosa.

La cerebrolisina influye en la plasticidad neuronal y sináptica, lo que es importante para el aprendizaje y la memoria ya que mejora la neurotransmisión y protege la integridad citoesquelética; además, aumenta de forma sustancial el número de transportadores de glucosa en la barrera hematoencefálica, contrarrestando así la deficiencia metabólica.

El perfil preclínico y los resultados de pruebas clínicas previas brindan la base para evaluar los efectos del tratamiento en pacientes con problemas así llamados orgánicos, metabólicos y neurodegenerativos del cerebro.

El curso de una terapia óptima recomendada comprende la aplicación en pulso de 20 días, administración continua de 5 días consecutivos con descanso de sábado y domingo hasta llegar a completar 20 ámpulas de cada pulso, en 2 o 3 pulsos al año, con 4 a 6 meses libres de tratamiento.

Dosis entre 10 ml hasta el máximo de 50 ml son recomendables pero únicamente en infusión intravenosa; después de diluirla con soluciones para infusión estándar.

La duración de la infusión debe estar entre los 15 y 60 minutos.

Lo que hace importante a este tratamiento es su mecanismo de acción dual, ya que tiene efectos neurotróficos como neuroprotectores sobre la neurona.

Dado que se conocen diferentes estudios que han señalado la relación entre sintomatología de tipo frontal y adicción a sustancias, es entonces que el instrumento que se aplicará para identificar la sintomatología y seleccionar a los sujetos de la muestra será la escala de comportamiento frontal (FrSBe-Sp), diseñado para la sintomatología de tipo frontal asociada a las conductas adictivas. (Rev. Neurolo. 2009).

Esta escala se trata en realidad de un autoinforme de 46 items diseñado para estimar las manifestaciones de tres síndromes frontales: disfunción ejecutiva, apatía y desinhibición.

Se ha descrito como un buen instrumento para explorar tanto sincrónica como diacrónicamente la sintomatología frontal asociada a las conductas adictivas.

Independiente al tratamiento con cerebrolisina, cabe recordar que la rehabilitación de las funciones ejecutivas (asociadas a la corteza prefrontal), es realizada por el neuropsicólogo clínico, destacando que cuanto antes se realice dicha rehabilitación, mayor será la recuperación funcional del paciente, sin dejar de considerar otros factores relacionados a la propia plasticidad neuronal (edad del paciente, historia previa, etc).

Sin lugar a dudas, la rehabilitación de estos pacientes frontales cobra una vital importancia ante las manifestaciones conductuales relativas a dicho daño cerebral y la forma en que estas afectan a la vida diaria y al entorno del paciente.

Para concluir, se trata de un estudio prolectivo, intencional, longitudinal y experimental.

PONENCIA DE CLINICA SER
En el Segundo Foro Regional de Trabajo Hacia un Modelo Integral para la Prevención y Atención de las Adicciones.
CELEBRADO EN TLAXCALA EL 06-MAYO-2010
PONENCIA A CARGO DEL DR. JORGE ALFREDO GAYOSSO DEL VALLE
DIRECTOR MEDICO DE CLINICA SER

Fuente: Clínica Ser