Vamos a mostrar a grandes rasgos los síntomas más habituales del alcoholismo para que nos hagamos una idea más clara de qué es lo que nos puede pasar si abusamos del alcohol y nos creamos una dependencia.

A medida que aumenta el consumo de alcohol así ira aumentando la tolerancia a los efectos que en los primeros momentos, cuando se comienza a consumir, aparecía relativamente pronto.

Al ir aumentando las dosis irá aumentando la necesidad de ingerir alcohol de forma diaria, incluyo llegando a ser continua, es decir si antes se tomaba de vez en cuando a lo largo del día, terminará consumiendo casi constantemente.

Este consumo continuado hará que la persona pierda el control total sobre el alcohol, pasando a ser éste el que lo controle a él. Llega un momento que la persona se da cuenta de que tiene un problema pero la necesidad de ingesta de alcohol es mucho mayor a cualquier razonamiento que haga y para no sentirse acusado, culpado o tener sentimientos negativos por esto que está haciendo, comienza a beber en solitario o en lugares donde no sea conocido por los demás.

Cuando ya se llega a este punto las lagunas de memoria son algo habitual, no recuerda dónde ha estado o que ha hecho, o si ha visto a alguien…cada vez son mayores en tiempo y en cantidad, incluso pueden aparecer periodos de amnesia.

Todo esto, como es evidente, produce problemas a todos los niveles, tanto en su vida familiar como social, incluido el trabajo si es que a estas alturas consigue mantenerlo. Aparecen conductas violentas que vienen relacionadas con el alcohol, por ello los problemas a la hora de relacionarse con el resto de las personas de su entorno comienza a hacerse casi imposible. No sólo aparecen estas conductas violentas sino que se incrementa un mal humor casi constante, sobretodo cuando le sacan el tema del alcohol y hacen alusión a su problema incuestionable, las reacciones que aparecen son bastante desagradables y fuera de lugar.

Comienzan a descuidarse sobre todo a la hora de la alimentación, mal comen y esto unido a que el alcohol reduce la posibilidad de absorber vitaminas de forma correcta, implica un aumento del deterioro alimenticio con los consecuentes problemas.

Físicamente los problemas más visibles son nauseas, vómitos, calambres todo esto repercute negativamente al estómago produciendo dolores abdominales bastante desagradables. Presencia de temblores incontrolados, evidente confusión, la coloración de la piel pasa a ser rojiza acompañado con la dilatación de los capilares de la cara, así pues se pueden observar una serie de venillas rojizas cerca de la nariz y de otras partes de su cara. Todo esto produce un claro cansancio ya que su organismo está siendo atacado por un producto que en esas cantidades es un tóxico para su cuerpo. También presentan agitación, alucinaciones, convulsiones, taquicardias, sudores, pueden llegar a tener desvanecimientos que les puede producir diferentes lesiones.

Fuente: psicologia.costasur.com