La producción a escala industrial de drogas sintéticas y de diseño, en cuyo proceso de fabricación se emplean gran cantidad de sustancias tóxicas, está empezando a convertirse en un grave problema medioambiental para la Unión Europea, para el que no se atisba ninguna solución más allá de la lucha genérica contra el narcotráfico.

Según el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, que la Comisión Europea presentó la semana pasada en Bruselas, Europa se ha convertido en uno de los principales productores mundiales de sustancias como el éxtasis, las anfetaminas y la metanfetamina, cuya síntesis origina una enorme cantidad de desechos peligrosos que, por la naturaleza ilegal de la actividad de la que provienen, no se someten a tratamiento alguno.

«Por regla general, en la producción de un kilogramo de anfetaminas o de MDMA [metilendioximetanfetamina, conocida como crystal entre sus consumidores], se crean aproximadamente entre 15 y 20 kilos de residuos que incluyen productos químicos tóxicos e inflamables que representan un riesgo para el medio ambiente» sostiene el informe. Quinientas toneladas

El observatorio calcula que cada año se producen en todo el mundo alrededor de 500 toneladas de ese tipo de sustancias, la mayoría en Europa. Y si se aplica esa proporción, eso significa entre 7.500 y 10.000 toneladas de basura química. «En términos de daños al medio ambiente y de saneamiento de los vertederos ilegales de residuos químicos que se derivan de la producción de drogas sintéticas, los costes pueden ser cuantiosos», aseguran los expertos, que advierten también de que han detectado «un incremento general de la producción» de esos principios activos.

Los datos proporcionados al Observatorio Europeo por los Gobiernos de los Veintisiete permiten inducir que las bandas dedicadas a la fabricación de drogas de síntesis «emplean procedimientos cada vez más sofisticados», como el uso «de cubas de gran tamaño, de equipamiento industrial y de equipos móviles», que les permiten producirlas cada vez a mayor escala.

Según los datos del estudio, la producción anual de anfetaminas se eleva a unas 126 toneladas en todo el planeta, de las cuales la inmensa mayoría se originan en la Unión Europea. La lucha policial da algunos resultados, ya que en el 2006, el año de referencia del informe, se incautaron 19 toneladas de pastillas, 390.000 de ellas en España, y otras 6,2 toneladas de anfetamina en polvo. Además, se aprehendieron notables cantidades en bruto de algunos elementos precursores de esa sustancia, como la efedrina, la fenilpropanona, el metilendioxifenil o el safrol.

Pese a todo, la represión policial contra las mafias del narcotráfico no ha conseguido eliminar los laboratorios clandestinos europeos dedicados a la producción de anfetaminas, que representan casi el 80% de todos los que hay en el mundo y que se concentran especialmente en los Países Bajos, en Bélgica y, en menor medida, Polonia.

Éxtasis
Algo parecido sucede con el éxtasis, cuya producción mundial ronda las 102 toneladas anuales, de las cuales apenas se incautaron 4,2 en el 2006. Casi la mitad de los alijos se realizaron en la UE, el principal productor del mundo. La mayoría de las instalaciones ilegales están ubicadas en el triángulo de los tres países citados, y también en el Reino Unido.

Europa no es líder en la fabricación de metanfetaminas -alrededor de 266 toneladas incautadas cada año en todo el planeta-, aunque, según el Observatorio de las Drogas, la República Checa y Eslovaquia están adquiriendo un creciente papel protagonista, ya que casi el 60% de las operaciones contra el narcotráfico ejecutadas en ambos países tuvieron su origen en el comercio de esa sustancia.

Fuente: www.lasdrogas.info