Cristina está feliz con la noticia de ser madre, como casi todas las mujeres, desea tener un embarazo sin problemas y sobre todo, un hijo sano. Sin embargo su abuela y algunas amigas le han dicho que tome frecuentemente cerveza para aumentar la producción de leche y que una copita de vez en cuando, sobre todo para celebrar la llegada de su primer hijo, no le causarán ningún daño, pero ¿esto es cierto? Y más aún, ¿qué pasa con los chiquitines que no tienen la suerte de tener una madre consciente de su salud y que no dejan de lado sus adicciones aún y cuando se saben embarazadas?.
Pensar en el bienestar del ser que llevamos dentro es una responsabilidad de vida. ¿Cómo asumirla? Cuando nos informarnos, preguntamos y actuamos en consecuencia, estamos viviendo esa responsabilidad y al hacerlo con amor, cumplimos con nuestra primera tarea como madres: amar a nuestros hijos.
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En 1990 once por ciento del total de nacimientos en los Estados Unidos, era resultado de un embarazo en el que la madre era adicta; esta tendencia sugiere que el uso materno de drogas iba en aumento en todo el mundo, y aunque no hay cifras exactas, en países como Gran Bretaña este hecho motivó la creación de servicios especializados para su tratamiento.
En México, el problema puede ser diferente, pero no menos importante. Para finales de los años ochenta, nuestro país tenía el tercer lugar más alto de mujeres con cirrosis hepática como consecuencia del abuso en el consumo de alcohol. Y es que muchas mujeres guiadas por la idea de que la cerveza y el pulque mejoran la calidad de la leche, las consumen indiscriminadamente, incluso con el pretexto de celebrar su embarazo. Sin embargo, esta práctica es muy dañina ya que los especialistas señalan que, al estudiar el aborto espontáneo, las anormalidades congénitas y los bebés nacidos muertos, el consumo de alcohol se ha encontrado asociado a estos lamentables hechos.
Por otro lado, en la última década se ha incrementado el consumo de cocaína en América Latina, tanto en hombres como en mujeres, aunque sigue prevaleciendo el consumo de marihuana y solventes inhalables que además, son consumidos en su mayoría, por la población joven, por lo que no es extraño encontrar en México una fatal y frecuente relación entre juventud, pobreza y embarazo.
Por lo tanto, de cualquier forma es importante comprender que cuando se está embarazada cualquier sustancia puede ser peligrosa para el delicado desarrollo del bebé.
NINGUNA ES INOCUA ¡COMPRUÉBALO!
-Nicotina: Presenta malformaciones que se han asociado a deformidades faciales, enfermedades cardiacas, congénitas y gástricas. En el embarazo aumenta la probabilidad de aborto espontáneo, placenta previa, mortalidad perinatal, prematurez y pobre crecimiento fetal. Provoca disminución de los movimientos fetales. Y problemas posnatales como bajo peso al nacer, pulmones afectados por una incidencia elevada de enfermedades del aparato respiratorio, se ha relacionado con el Síndrome de Muerte Súbita.
-Alcohol: Presenta malformaciones como retardo pre o posnatal, anormalidades del sistema nervioso central y dismorfología. En el embarazo existe de 7 a 10 veces más la probabilidad de mortalidad perinatal y prematurez, pobre crecimiento fetal. Y los posnatales como problemas de crecimiento, anormalidades tempranas y sostenidas de la función cerebral.
-Marihuana: Presenta problemas posnatales de sueño y la motilidad. Se asocia con el desarrollo tardío de leucemia no linfoblástica infantil.
Un llamado
Deja de lado la apatía de informarte, toma en tus manos la total responsabilidad de tu embarazo, vívelo con alegría pero, sobre todo, con la conciencia de saber que cada sustancia o producto que consumes es para el beneficio de quien se está formando apenas en tu vientre. Él tiene el derecho a estar sano para vivir plenamente, y ese derecho sólo lo puede ejercer a través de ti y del amor que le demuestres desde el instante en que es concebido.
Fuente: www.esmas.com
