Dicen que todos los excesos son malos, y la ciencia, así como la experiencia diaria, nos confirma que cuando abusamos de algo, pasamos del uso al abuso, hasta llegar a la adicción. Estas son algunas cifras de interés:
Estos son conceptos que desde el punto de vista médico están bien definidos pero que son extremadamente difíciles de diferenciar y reconocer en la vida diaria.
Un sujeto es adicto cuando realiza un consumo compulsivo de algo, cuando pierde el control de dicho consumo a pesar de las consecuencias negativas y cuando sufre procesos de recaída incluso tras largos periodos de abstinencia. Pero claro, el consumidor jamás va a ser quien se dé cuenta de que está cambiando el uso de algo por un abuso, y que de dicho abuso pasó a una adicción, tienen que ser un especialista en rehabilitación de adicciones o un sujeto externo, quien realizando una exploración adecuada en los hábitos del consumidor se dé cuenta de que está o no en un proceso adictivo.
Pero ¿Cómo reconocer si alguien cercano a ti tiene problemas de adicción?:
- Se ha alejado de amigos y familiares.
- Rehúsa a hablar con alguien acerca de sus problemas.
- Falta con frecuencia a su trabajo o escuela.
- Ha perdido sus metas y ambiciones.
- Presenta cambios bruscos en su estado de ánimo.
- Evita que alguien se entere de las llamadas que recibe.
- Se esconde para hablar por teléfono o habla a altas horas de la noche.
- Descuida su aspecto personal.
- Empieza a usar gafas oscuras constantemente.
- Presenta dificultad para llevar una conversación o mantener continuidad en la misma.
- Empieza a tomar pequeñas cantidades de dinero, o se queda con vueltos o cambios.
- Empieza a mentir diciendo que perdió o que le robaron el dinero que tiene o que gana.
- No se alimenta adecuadamente o come a deshoras.
- Presenta pérdida de peso.
- Ya no participa de las fiestas o reuniones familiares.
Si has notado una o más de estas características busca ayuda profesional u orientación en algún grupo de autoayuda, o en una clínica de tratamiento contra las drogas, en donde te indicarán la manera más correcta de proceder para poder proporcionar una ayuda adecuada.
Cabe mencionar que existen adicciones a sustancias así como a conductas, y tratándose de jóvenes se resumen en la siguiente imagen:
Las adicciones a sustancias son las más conocidas (el alcohol, el tabaco, la marihuana, cocaína, pastillas etc.) pero la adicción a conductas es mucho más difícil de ubicar, son necesidades incontroladas que se desarrollan por ejemplo por el juego, el gastar dinero, redes sociales, comprar cosas, comer sin control, disfrutar del peligro etc.
Estos son algunos datos de interés de una de las adicciones más comunes en los últimos tiempos, la adicción a las redes sociales:
Cuando identificamos que alguna persona cercana a nosotros, está envuelta en alguna clase de adicción, la mejor ayuda que le podemos dar es demostrarle nuestro cariño, hacerle saber lo importante que es para nosotros darle apoyo, hablarle sobre la necesidad de buscar ayuda de personas y organizaciones que trabajen sobre el tema y para recibir información de ayuda para la persona y para los miembros de la familia y así superar las adicciones.
Tratar de cambiar la conducta adictiva con críticas, agresiones y rechazo no funciona, solo ayuda a incrementar la conducta adictiva de la persona. Es mejor motivar el cambio de conducta de la persona por la autoestima y el afecto, en lugar de confrontarlo mediante el reproche, el grito y la agresión.
Por otro lado debemos considerar la posibilidad de una intervención externa para que los seres queridos de los adictos puedan demostrarle cómo les está afectando a ellos su adicción.
Dicha intervención puede incluir a los colegas del adicto o representantes de la iglesia local, aunque una intervención puede ser probablemente abrumadora para el adicto, la intención no es ponerlo a la defensiva y aquellos que vayan a participar de la intervención deben ser seleccionados cuidadosamente.
Pero lo más importante es que debemos ser el mejor amigo que el adicto pueda tener. Debemos estar allí para ellos (mensajes de texto, visitarlos y apoyarlos con frecuencia en sus pasatiempos e intereses). Esto implica que también debemos estar con ellos o sugerirles que hagan su actividad favorita cuando ellos sientan recaer y sin importar cuánto nos desagrade dicha actividad. Debemos tratar de mantenernos con una actitud positiva hacia ellos ya que necesitan saber que habrá gente que los apoye en el camino hacia la recuperación.
Por nuestra parte, aceptar la realidad de una adicción tal y como es en estos momentos es un requisito indispensable para poder mirar hacia el futuro. Quedarnos atascados cuando nos preguntamos acerca del porqué de nuestras desgracias, o por lamentarnos por las cosas no mejoran, hacer esto nos impedirá ayudar.
“Así son las cosas ahora y de nada sirve lamentarse pensando cómo deberían ser. Es preferible pensar qué hacer, mirar hacia el futuro y empezar a actuar”.
Las adicciones pueden generar discusiones constantes, dolor y malestar, y pueden deteriorar gravemente la relación. Esto sucede porque nuestra preocupación por esa persona hace que deseemos ayudarle y nos sentimos frustrados por no poder hacerlo, por ver cómo se destruye o porque nos hace a un lado.
Si está sucediendo esto debes retirarnos, dejar de hacernos responsable de su vida y su bienestar, cuidar de nosotros y esperar, dejando las críticas y los reproches a un lado. De esta manera estaremos evitando que nuestra relación con ellos sea también destruida por la adicción y eso hará que podamos ayudarle cuando decida aceptar nuestra ayuda.
¿Tienes un amigo o familiar que sufra alguna adicción? , ¿Tienes otro consejo que puedas darle a quienes estén en la misma situación?, coméntalo con nosotros.
Fuente: Clínica Ser