Los contratos laborales tienen una significación legal que va más allá del vínculo jurídico que une a dos partes, pues tiene una significación que se relaciona con un status social, la sensación de ser autosuficiente y en gran medida el ser una fuente de reconocimiento externo sobre una labor determinada, el cumplimiento de un rol, pero ¿Qué pasa con un despido?

Es normal que una persona al ser despedida tenga sentimientos encontrados, frustración, ansiedad aguda, baja importante del auto-estima y en casos severos, hasta se puede llegar a entrar en una depresión o caer en el alcoholismo o drogadicción. La vida familiar e interpersonal se deteriora al punto de no querer compartir, las personas se vuelven apáticas y el sentimiento de considerarse incapaz o peor que los demás es tan profundo que no se consigue una capacidad de respuesta adaptativa ad hoc a la situación.

Cuando ocurre un despido, lo mejor es relajarse y evaluar la situación con la mayor frialdad posible, analizando los puntos a favor y en contra de una situación que, por regla general, es irreversible en el corto plazo. Existen programas de psicología industrial que ayudan a las personas que no son capaces de superar estos traumas por sí mismas, conocidos como “outplacement”, y que tienen por objeto el contribuir al desarraigo de los apegos al trabajo anterior (status social de empleado), por la sustitución de una nuevo rol en otra organización o emprendimiento personal.

Una buena forma de recuperar la autoestima y quitarse la sensación de “fracaso” de encima, es realizar una autoevaluación de sí mismo, verificando los siguientes aspectos:

Etapas que se viven durante el desempleo

La Negación

Es habitual que una persona que ha perdido su empleo pase por esta etapa, donde los ánimo y el enfoque mental se orienta a la justificación del estado en que se encuentra en busca de una explicación lógica a la pérdida del status de empleado con conclusiones típicas como “… no me gustaba ese trabajo realmente”, “… las cosas pasan por algo, el próximo empleo será mejor”.

Es importante que aquí cada uno se concentre en entender que no se debe confundir el “pensamiento positivo” con la “justificación” del estado en que uno se encuentra. El desempleo, como otras condiciones por las que atraviesa el ser humano durante su vida, es una que debe enfrentarse con mentalidad lógica y ganadora, no intentando buscar argumentos para compadecerse de sí mismo, sino que para superar ese tras pie y buscar mejores horizontes.

Si perdiste tu trabajo y estás en la etapa de la negación, inmediatamente concéntrate en tus potencialidades y virtudes como persona y trabajador, y enfócate mentalmente en un objetivo único, encontrar un empleo mejor o comenzar un emprendimiento personal.
La desesperación

La segunda etapa conocida para cualquier desempleado es aquella que se caracteriza por una especia de desenfreno por encontrar un trabajo, ser llamado a entrevistas o saber que se está haciendo todo lo posible por abrir puertas que signifiquen una nueva oportunidad de ser “útil” socialmente.

El envío frenético de currículos no ayuda a mejorar la situación, tampoco a superarla, sino que muy por el contrario la agrava a quienes no están preparados para escuchar una negativa del mercado laboral. El autocontrol es una virtud de pocos trabajadores, pero codiciada por todos, ya que saber mantener la calma en momentos de presión extrema, es una herramienta de la que se puede sacar buenos dividendos en las empresas competitivas de hoy en día y ante situaciones de desempleo, que terminan por perjudicar la condición personal del afectado al aceptar cualquier propuesta mediocre con la esperanza de trabajar.

Saber valorarse no es una opción, es una “necesidad” y por eso es preciso todos los días hacer las cosas a conciencia, sabiendo que todo lo que se ha hecho al final de la jornada fue lo mejor que se pudo hacer, sólo así se prepara uno para un ascenso o la desvinculación laboral de una empresa.

El Pesimismo

Esta es la tercera y última etapa por la que se atraviesa cuando se está desempleado, aquí la persona ha intentado “todo”, pero no ve puertas ni ventanas a las que pueda optar con chances de conseguir empleo, la luz al final del túnel es parte de la suerte de otros y todos se deja al azar… rechazando posibilidades inclusive tras decretos mentales como “… para qué ir a esa entrevista, seguro será igual que el resto”, “… qué objeto tiene entregar este currículo, si siempre prefieren a otro”.

La pérdida de objetividad y de la realidad es lo peor que le puede pasar a una persona, por ello se tiene que estar muy atento a las cosas que se dicen o las que se piensan, pues son reflejo fiel del momento que se vive.

Para quienes no encuentren nuevas posibilidades, la calma es la mejor de las consejeras, el trazado de una estrategia eficiente para la búsqueda de empleo y el completo conocimiento de lo que se es capaz de hacer y sus limitaciones, es la mejor de las armas para enfrentar una nueva entrevista laboral.

Solución al problema de la cesantía

Las recetas mágicas quedaron en los cuentos para niños, y ahora se tiene que enfocar cada uno en organizar de forma efectiva una agenda telefónica con todos los contactos de los que se disponga, poniendo a disposición del resto los conocimientos técnicos y/o profesionales para obtener un nuevo empleo.

Se tiene que evitar el postular a trabajos de los que no se tenga certeza se puedan desarrollar, ya que sólo provocará un rechazo más y con ello, la sensación de fracaso que tanto queremos evitar. Encontrar trabajo hoy en día es una tarea difícil, quizás uno de los más grandes desafío al tener que lidiar con los propios miedos internos, pero también una tarea reconfortante cuando se sabe que se pudo lograr superar el momento de aflicción y conseguir un empleo mejor o con mayores perspectivas de crecimiento personal y profesional.

No hay que tener miedo a los cambios, por ello no se debe dudar un segundo en la posibilidad de perfeccionarse en áreas complementarias a las que se dominan, aunque siempre teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de las que se dispone.

Fuente: empleointernet.com