El “Día Mundial Sin Tabaco” se celebra el 31 de mayo de cada año desde 1987 (se instituyó por la Organización Mundial de la Salud, OMS), su objetivo es llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. A nivel mundial, el tabaquismo se asocia cada año a 5,4 millones de muertes por cáncer de pulmón, cardiopatías y otras enfermedades (Organización Mundial de la Salud, OMS).

En nuestro país en el 2008, en el ámbito urbano, el 20.4% de la población entre 12 y 65 años de edad eran fumadores activos, (29.8% masculina y 11.8% femenina) y en el rural, 11.3% (20.2% masculina y femenina 2.9%). La edad promedio de consumo de tabaco por primera vez en adolescentes fue a los 13.7 años y en adultos a los 17.4 años. En el 2002 la Encuesta Nacional de Adicciones estimaba que alrededor de 150 personas fallecían diariamente a causa de alguna de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, lo que representaba una muerte cada diez minutos.

El tabaquismo es considerado como una epidemia prevenible y a nivel mundial se han impulsado experiencias exitosas para desestimular el consumo de tabaco. Los problemas de salud pública producidos por el consumo de tabaco, no sólo se relacionan con los fumadores activos sino afectan también a aquellos que no lo consumen pero se ven expuestos al humo de tabaco ambiental (fumadores pasivos). En México la población que nunca ha fumado y está expuesta al humo de tabaco ambiental es de 23.3% (cerca de 11 millones de personas) dentro de los cuales, son las mujeres y los adolescentes los grupos de riesgo mayor, en comparación con los hombres y los adultos (ENA, 2008).

Debido al contexto anterior y según el marco normativo internacional, las acciones, servicios e instituciones dirigidos al control del consumo del tabaco y a la exposición al humo del tabaco deben involucrar a diferentes grupos de la sociedad así como abarcar diferentes temas y problemáticas si se quiere lograr la protección del derecho a la salud y al medio ambiente adecuado para el desarrollo y bienestar de las personas. Derechos reconocidos en el artículo 4° de la Constitución Mexicana.

El Convenio Marco para el control del Tabaco de la OMS, ratificado por México, instituye diferentes medidas destinadas a reducir la demanda y la oferta del tabaco. Entre las medidas relacionadas con la reducción de la demanda, encontramos: la necesaria reglamentación sobre el contenido de los productos de tabaco; la divulgación de información sobre ellos y el empaquetado y etiquetado; la educación, comunicación, formación y concientización del público, y la regulación de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; así como, medidas que reduzcan la dependencia y faciliten el abandono del tabaco; incentiven la protección contra la exposición al humo de tabaco, y aquellas relacionadas con los precios e impuestos.

México, además de la ratificación de este convenio, ha suscrito otros ordenamientos internacionales en materia de adicciones como el Plan de Acción para la Aplicación de la Declaración sobre los Principios Rectores sobre la Reducción de la Demanda de Drogas; Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas y, el Protocolo de 1972 de Modificación de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes.

En el año 2000, se publicó una Norma Oficial Mexicana NOM 028-SSA2-1999 para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones, cuyo principal objetivo es establecer los procedimientos y criterios para la prevención, el tratamiento y el control de las adicciones, entre ellas, el tabaquismo. Esta Norma es de observancia obligatoria en todo el territorio nacional para los prestadores de servicios de salud del Sistema Nacional de Salud y en los establecimientos de los sectores público, social y privado que realicen actividades preventivas, de tratamiento y de control de las adicciones.

En el 2008 se publicó la Ley General para el Control del Tabaco. Esta ley contempla diferentes medidas de detección, prevención, tratamiento y educación para la salud relacionada con el tabaquismo, así como control en la producción, comercialización y distribución. Entre las más importantes se encuentran: la obligación de que en los empaquetados y etiquetados figuren leyendas y pictogramas o imágenes con advertencias que muestren los efectos nocivos del consumo del tabaco; limitaciones a la publicidad y promoción del tabaco como la prohibición de emplear incentivos que fomenten su compra; la implantación de espacios 100% libres de humo de tabaco y de zonas exclusivas para fumar; la prohibición de comercializar, donar, distribuir y suministrar productos de tabaco a menores de edad, así como en las instituciones públicas y privadas de educación básica y media superior, y la obligación de la Secretaría de Salud para establecer los lineamientos de ejecución y evaluación de un programa contra el tabaquismo.

En cuanto a programas públicos, en el 2007, se elaboró el Programa de Acción específico 2007-2012 de Prevención y Tratamiento de Adicciones como parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Tratamiento de las Adicciones anunciada por el ejecutivo en ese mismo año.

Si bien este programa está destinado al control, prevención y tratamiento de diferentes adicciones (tabaquismo, alcoholismo y farmacodependencia) existen líneas y estrategias específicas para el control del tabaquismo como: celebrar el Día Mundial contra el Tabaquismo; promover los lugares y escuelas libres de humo de tabaco; aplicar programas preventivos en escuelas y comunidades, incorporar contenidos preventivos en libros de texto; realizar campañas informativas en medios masivos, impulsar políticas fiscales que desincentiven el consumo, regular la promoción y publicidad; eliminar los términos engañosos; establecer leyendas precautorias y pictogramas, y vigilar la no venta a menores de edad; Así mismo, se proponen establecimientos de atención residencial para la prevención, tratamiento y control de las adicciones, y detección de niños y adolescentes en riesgo de desarrollar adicciones; incorporar el uso de técnicas para la detección, orientación, consejería y tratamiento en las unidades básicas de salud para dejar de fumar y asegurar la disponibilidad de servicios de atención integral oportuna para el tratamiento y la reintegración social del adicto a través de una Red de Unidades Médicas de Alta Especialidad, Centros de Atención Primaria de las Adicciones “Nueva Vida” (CAPA) y, clínicas de tabaquismo; entre otras.

A pesar de las líneas definidas en este programa en la actualidad las estrategias con mayor visibilidad son normativas y enfocadas a la promoción de espacios libres de humo de tabaco y existe poca información institucional que exprese otros avances realizados por el gobierno federal en la implementación del programa.

Fuente: desdeabajo.org.mx