Cualquier persona con cualquier tipo de adicción sabe que es un ciclo difícil, y a veces parece imposible liberarse de esta. Grandes pasos hacia delante y muchas horas de progreso son necesarios para romper la adicción y pueden verse contrarrestados rápidamente con un solo paso pequeño hacia atrás en el ciclo de comportamiento adictivo. Puede ser desesperante y casi imposible sin la ayuda de una fuente externa. Mucha gente atrapada en el ciclo de este tipo de conductas adictivas ha encontrado ayuda a través de programas de doce pasos, como el tipo revolucionario de Alcohólicos Anónimos.
Los programas de doce pasos han demostrado generar resultados con muchos tipos de adictos, no sólo a los alcohólicos. Estos programas utilizan la fe como una creencia en un poder superior para ayudar a los adictos a romper su adicción. Sin embargo, debido a que la filosofía es intencionalmente amplia tiene la capacidad de ser beneficiosa en muchas culturas y sistemas de creencias.
Lo primero en un programa de doce pasos consiste en dejar ir la negación. En el primer paso un adicto tiene que llegar a un acuerdo consigo mismo y admitir que es impotente contra su adicción. El segundo paso se refiere a la fe. En el segundo paso, un adicto debe buscar un poder de fuerza superior. El tercer paso se refiere a la rendición. Un adicto debe renunciar a su voluntad y entregarla a un poder superior. Esta decisión les pone en el camino hacia el cambio. El cuarto paso consiste en un inventario moral y de conciencia. Antes de que el cambio pueda llevase a cabo un adicto tiene que mirar dentro de su alma. El quinto paso en el programa puede ser uno de los más difíciles para un adicto, especialmente para alguien que ha estado manteniendo en secreto la adicción. Se trata de la integridad. Antes de que el cambio se pueda hacer, un adicto tiene que reconocer ante sí mismo, ante un poder superior, y para otra persona, la naturaleza exacta del problema. El sexto paso, conlleva la aceptación, un adicto debe aceptar que él o ella tiene estos defectos de carácter y debe aceptarlos tal como son y ponerlos en manos de un poder superior. El séptimo paso es la humildad. Este paso es cuando un adicto debe humildemente pedir a un poder supremo por ayuda para detener una adicción. En el paso ocho un adicto tiene que estar dispuesto a reconocer una lista con todas las personas que han sido afectadas por la adicción y estar dispuesto a hacer las paces con todas ellas. Un paso más difícil es el número nueve. Un adicto debe compensar a los heridos, a menos que esto ocasione más daño. El décimo paso se asegura de que un adicto está en el camino correcto. Se debe continuar la búsqueda espiritual y admitir el delito. El undécimo paso consiste en comunicar a un poder superior en la forma en que el adicto entiende su relación con este poder superior. Y, por último, el paso doce en el que un adicto tiene que llevar este mensaje a otros que lo necesitan para continuar la práctica de estos principios.
Fuente: clinicaser