Una de las cosas que se trabaja con pacientes adictos al alcohol y otras sustancias es el aprender a compartir sus vivencias y emociones con las personas que tiene en frente.

Al hablar de compartir hago referencia a la importancia que tiene para la persona hacer partícipe al otro de algo que es suyo, que llevaría implícito el abrirle al otro parte de mi mundo interno, en el cual suele permanecer encerrado el paciente adicto y es donde actúa la enfermedad.

Es bien conocido que el hablar de aquello que a uno le ha causado dolor o de aquellas vivencias que a la persona se le tornan complicadas tiene un efecto curativo en aquel que lo hace y también ayuda a aquel que lo recibe. En la terapia con adictos el compartir lo que uno siente, piensa o hace es uno de los objetivos básicos a conseguir.

Cuando la persona adicta consigue abrir su caparazón y mostrarse a los demás empieza a dejar al descubierto quien es él realmente, consigue bajar la intensidad y liberarse del dolor que padece y no expresa, logra así salir de su aislamiento afectivo y empieza a entrar en el proceso de sanación.

El compartir con los otros es un recurso con el que cuenta la persona en tratamiento por adicción para poder además abrir su campo de mira y recibir las vivencias de otros que le pueden ayudar a generar alivio en sí mismo o a encontrar salida allá donde no la veía.

Genera que pueda analizar mejor aquello que le está ocurriendo y poder darse cuenta de si está distorsionando la realidad o si se le está pasando por alto que es su enfermedad la que le está haciendo tomar determinadas decisiones que le ponen en un alto riesgo.

En fin, el poner en palabras lo que uno siente o piensa es una manera de sanar y a su vez de pedir ayuda, eso que tanto cuesta al adicto.

Fuente: alcoholismo.biz