Abstinencia
Se escucha mucho a personas cuestionarse el por qué su familiar sigue comportándose igual si ya no está consumiendo, una de las respuestas más comunes es porque tiene el síndrome de la borrachera seca.
Es difícil dejar de consumir cualquier sustancia adictiva, pero es más complicado crecer emocionalmente. La abstinencia se reduce a dejar de beber o consumir, pero sin incluir un cambio emocional y de actitudes. Sobriedad significa aprender a vivir en abstinencia mediante un continuo crecimiento emocional que permita alcanzar la madurez.
Algunas personas dejan de consumir pero no enfrentan la realidad de las áreas neuróticas que están provocando la ingobernabilidad emocional, es una pseudo recuperación que solo lleva a la mediocridad existencial.
Algunas de las señales de la borrachera seca son:
- Inmadurez e infantilismo, estancamiento del crecimiento emocional y persistencia de la dependencia y adicción.
- Actitud permanente de deshonestidad ante sí mismo y los demás.
- Amargura e insatisfacción existencial por persistencia de los resentimientos.
- Permanente sentimiento de culpabilidad con auto devaluación, minusvalía y tendencia al auto castigo.
- Egocentrismo, autosuficiencia neurótica, mal manejo de la agresividad y tendencia a la omnipotencia.
- Miedos permanentes, actitud de temor ante los retos de la vida con angustia y tensión continuas.
- Depresión cíclica o permanente con actitudes de pesimismo y desmotivación.
- Ingobernabilidad sexual y sentimental.
- Negación de su realidad no alcohólica con persistencia de los mecanismos de racionalización y proyección.
- Sustitución del alcohol por otras drogas o sustancias adictivas.
- Espiritualidad ausente o muy empobrecida con soberbia intelectual, tendencia al materialismo y nula o poca fe.
- Comportamiento inadecuado en su Grupo de Alcohólicos Anónimos, tanto con sus compañeros como con los principios del programa.
La sobriedad es un proceso lento y evolutivo, donde la rehabilitación de adicciones es progresiva, la superación de una persona no tiene límites. De la locura, la enfermedad y la muerte se puede conducir a la armonía, la satisfacción existencial y la trascendencia.
Mtra. Miriam Samour Nieva
Terapeuta de Clínica SER
Maestría en Psicología Clínica
Ced. Prof. 11729330