Al igual que el adicto puede recuperarse y vivir una nueva vida, libre de adicciones y con una mejor calidad de vida, la familia tiene derecho y necesidad de recuperase.
La mayoría de las veces es primero un familiar el que toma conciencia del problema y da los primeros pasos en búsqueda de ayuda.
Al principio el codependiente esta tan obsesionado con ayudar a su adicto, que necesita apoyo para poder enfocarse en sí mismo y comenzar su proceso de recuperación.
Pronto será evidente para el codependiente, que sólo puede ayudar, si él mismo esta en recuperación, pues esta enfermedad afecta a toda la familia.

Terapia Individual y de Familia
La consejería individual puede ser de ayuda en las primeras etapas del tratamiento como una forma de lograr expresar los sentimientos, recibir apoyo emocional, elaborar una estrategia de intervención y comenzar la recuperación individual del codependiente.
La terapia de familia puede ser de utilidad , pero a veces su uso se restringe a etapas específicas de la recuperación de cada familia. No es una buena idea tener sesiones de terapia familiar con el adicto si este adicto no está en proceso de recuperación. Por otro lado en la recuperación intermedia del adicto, muchas veces es necesario terapia de pareja para ayudar a sanar la relación impactada por la adicción.

Grupos de Autoayuda
Los grupos de autoayuda, basados en los Doce Pasos, para familias o para codependientes son de suma utilidad en el tratamiento de los familiares del adicto. Proveen de soporte emocional a través de una red de contactos en recuperación alrededor del mundo entero. Muchas veces los familiares no se animan a asistir si el adicto no está en recuperación, porque no le encuentran sentido; sin embargo los beneficios potenciales para el codependiente son tantos, que es una muy buena idea asistir, independientemente de la actitud del adicto.

Desprendimiento Emocional
La codependencia se caracteriza por un sentido de urgencia por el control de la conducta de otros, especialmente hacia el adicto. Por esto una de las primeras metas a trabajar en la recuperación de la familia, es el desarrollo del deprendimiento emocional. Este desprendimiento se hace a través del cambio de formas de pensar y de actuar que vienen con la recuperación. El codependiente se desprende de su obsesión por el control, y de los patrones de conducta compulsivos, que le causan dolor.
Desprendimiento no es desentendimiento, sino más bien la vía más razonable para enfrentar el problema de la adicción. Nadie que este “enganchado” en una dinámica de codependencia, puede ayudar a un adicto a recupeparse. La adicción daña las relaciones famliares, haciendo muy difícil la expresión del amor sano. El desprendimiento emocional habilita al codependiente para poder ejercer y brindar el amor que el siente por el adicto. A la misma vez que le permite establecer límites sanos con claridad y firmeza.
Para poder lograr el desprendimiento sano, es necesario trabajar intensamente en la recuperación de la codependencia. Es una capacidad que llega a lo largo del tiempo.

Amor Duro
Se le llama amor duro al tipo de afecto que es más apropiado y útil en las relaciones con adictos que están usando. Como familiares a veces el cariño puede evitar que pongamos límites adecuados para protegernos o para evitar colaborar con la conducta adictiva. Sin embargo el amor de la familia combinado de manera balanceada, con la firmeza necesaria para establecer límites saludables, es una herramienta vital en el proceso de convivir con un adicto activo.

Intervención Familiar
La familia organizada y bajo la guía de un profesional entrenado, puede convertirse en una herramienta de intervención sumamente valiosa para romper la negación del adicto. Sin embargo es necesario para poder iniciar ese proceso que los miembros estén dispuestos a iniciar y mantener su propia recuperación personal como codependientes. 

Recaídas
Los codependientes en recuperación tambien puede sufrir recaídas en su proceso de recuperación. Muchas veces la recaída viene porque el adicto finalmente está mejor, y ya el codependiente deja de cuidar su recuperación personal. Otras veces las recaídas vienen como producto del desánimo que resulta de una recaída del adicto. De todos modos el codependiente es responsable por su propia recuperación y no de la recuperación del adicto.
Una recaída no debe ser interpretada como fracaso total, sino que debemos aprender de ella y retomar el proceso de recuperación lo antes posible.

La recuperación de la famlia del adicto es necesaria para poder sanar de manera integral todo el daño producido por la adicción en el sistema familiar.

Fuente http://www.adicciones.org/familia/rec_familiar.html