La presidenta de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, Ana González-Pinto, ha asegurado que el consumo de cocaína aumenta el riesgo de suicidio entre los jóvenes, sobre todo en aquellos más vulnerables a padecer un trastorno mental, ya que esta droga “puede producir episodios agudos de euforia, seguidos por cuadros depresivos”.

Los pacientes con enfermedades mentales graves que consumen esta sustancia son “más difíciles de tratar” ya que al ser más vulnerables “pueden tener depresiones tras el consumo de cocaína, lo que acaba incrementando el consumo y dificultando la abstinencia de la droga”.

Los vínculos entre el deterioro de la salud mental y el consumo de cocaína están más que probados, lo cual no parece haber evitado que la tendencia de creció en lo que respecta a la prevalencia de consumo en los últimos doce meses de esta sustancia se haya estabilizado en uno de los porcentajes más altos del mundo (3%). Desafortunadamente, avisa esta experta, “la cocaína tiene un alto poder adictivo, y desafortunadamente, se consume como droga de recreo”.

Algunos Estados de la Unión Europea han experimentado en los últimos años un incremento sustancial de la demanda de tratamientos por consumo de cocaína.

Fuente: drogadicciones.com