Una proporción importante de la sociedad recurre a drogas como la cocaína para evadirse de los problemas o de situaciones complicadas del día a día. Estas adicciones exigen luego una terapia para dejar la cocaína, el éxtasis, los ansiolíticos, etc.

Preguntas frecuentes previas a la terapia para dejar la cocaina. ¿Somos conscientes de que una gran parte de la población occidental necesita drogas para funcionar, ya sean legales (ansiolíticos, antidepresivos, etc.) o ilegales (cocaína, éxtasis, etc.)? ¿Por qué el organismo humano recurre a determinadas sustancias, en algunos casos muy perjudiciales, para soportar su existencia o para producir sensaciones o emociones placenteras que a medio plazo se volverán en su contra?

¿Acaso hemos creado un sistema de vida tan rígido, tan apartado de la naturaleza y de nosotros mismos que para soportarlo tenemos que tomar productos perniciosos para nuestra salud y que a medio o largo plazo nos fuerzan a seguir el tratamiento de adicciones?

Al haber olvidado nuestra capacidad creativa, en el sentido transformador, nuestra conexión con el cuerpo, con las emociones, con el espíritu y con la tierra, diferentes sentimientos pueden apoderarse de nosotros: la sensación de vivir en la más profunda monotonía, en una estructura rígida aunque eficaz, o en emociones estancadas que nos pueden hacer creer que nada tiene sentido. A recurrir a dependencias que sólo nos arrastrarán a un futuro tratamiento de adicciones para librarnos de ellas.

Es entonces cuando la cocaína se convierte en agente liberador, soportador o euforizante. Y ¿para qué? Para crear un espejismo que dura diez minutos y que después se paga con estados depresivos, ansiosos y una tendencia progresiva a convertirse en adictos hasta verse obligados a someterse a un tratamiento para dejar la cocaina.

Dejar la cocaína requiere tener el coraje para encauzar la vida desde una posición mucho más auténtica, más conectada con la complejidad de la propia existencia. Por ejemplo, para ser un buen ejecutivo y tener éxito no hace falta convertirse en una máquina o en un robot, si uno anula todo su ser es posible que para “vivir” acabe necesitando “drogas”. O en otros casos, para poder salir de la apatía más absoluta es necesario conectar con nuestras esencias más primitivas y también con los aspectos superiores de nuestro ser. Y en otras circunstancias aprender a construir límites y no permitir que el impulso se apodere de nosotros. Ése es el mejor tratamiento para dejar la cocaina que se puede aplicar uno mismo.

Dejar la cocaína de forma definitiva no es difícil, supone un tratamiento de adicciones sencillo, simplemente se trata de conocer las raíces del problema y estar dispuestos a realizar un cambio importante en la manera de funcionar en la vida, algo que requiere valor y apertura.

Fuente: www.dejarcocaina.com