He empezado a darme cuenta de que la espera es un arte, que la espera alcanza las cosas. Esperar puede ser muy, muy poderoso. El tiempo es algo valioso. Si puedes esperar dos años, a veces se puede lograr algo que no se podía lograr hoy, por mucho que trabajabaras, el dinero por mucho que estuviera en el aire, sin embargo, muchas veces usted se golpeó la cabeza contra la pared. . .- El coraje para cambiar por Dennis Wholey

Las personas que tienen más éxito en la vida y el amor son los que pueden aprender a esperar con éxito. No muchas personas disfrutan de esperar o el aprendizaje de la paciencia. Sin embargo, la espera puede ser una poderosa herramienta que nos ayudará a hacer mucho bien.

No siempre podemos tener lo que queremos cuando lo queremos. Por diferentes razones, lo que queremos hacer, tener, ser, o llevar a cabo no está disponible para nosotros. Pero hay cosas que no podíamos hacer o tener hoy en día, no importa qué, que podemos tener en el futuro. Hoy en día, nos haríamos locos tratando de lograr lo que vendrá naturalmente y con facilidad más adelante.

Podemos confiar en que todo va según lo previsto. El tiempo de espera no es tiempo perdido. Algo se está elaborando – en nosotros, en otra persona, en el Universo.

No tenemos que poner nuestra vida en suspenso mientras esperamos. Podemos dirigir nuestra atención hacia otra parte, podemos practicar la aceptación y la gratitud en el ínter, podemos confiar en que tenemos una vida para vivir mientras esperamos – a continuación, nos ocupamos de vivirla.

Lidiar con su frustración e impaciencia, pero aprender a esperar. El viejo refrán, “No siempre se puede conseguir lo que quiere” no es del todo cierto. A menudo, en la vida, podemos conseguir lo que queremos – sobre todo los deseos de nuestro corazón – si podemos aprender a esperar.

Hoy en día, estoy dispuesto a aprender el arte de la paciencia. Si me siento impotente porque estoy esperando que pase algo y yo no estoy en control de tiempo, me centraré en el poder a mi disposición por aprender a esperar.

Fuente: Clínica Ser