El alcohol, es una bebida que goza de alto estatus social, sin embargo puede convertirse en una droga dura, causando una tremenda adicción entre sus “víctimas”, generando un trastorno total en la vida de una persona.
Decimos que una persona tiene “problemas con el alcohol” cuando continúa bebiendo a pesar de que su consumo de alcohol está interfiriendo de forma negativa en su vida, ya sea en su salud, en su equilibrio psicológico, en su trabajo, en su vida familiar, en su imagen social, etc.
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Cabe señalar que alguien que tiene un “problema con el alcohol”, no necesariamente ha entrado en el alcoholismo como tal, un problema de alcohol puede ser abordado y superado por la propia persona, mientras que el alcoholismo es una enfermedad que no tiene cura y requiere que alguien intervenga para mantener el control.
A continuación ilustramos cómo el consumir alcohol en exceso, puede perjudicar la salud:
Comunmente para determinar que una persona podría ser alcohólica son:
- Problemas en el trabajo y la escuela, como llegar tarde, o no llegar en absoluto debido a la resaca.
- Apagones frecuentes, o no saber qué pasó después de tomar demasiado.
- Problemas legales debido a tomar demasiado, como ser arrestado por manejar ebrio.
- No poder dejar un vaso medio lleno de alcohol, o estar cerca del alcohol sin consumirlo.
- Un horario organizado para acomodar la bebida y la resaca que le sigue.
- Relaciones que han sido afectadas en la vida de la persona por consumir alcohol.
Las consecuencias por consumir alcohol, son las siguientes:
Entonces, el objetivo es mostrar cómo la familia puede tratar y apoyar la sobriedad de un enfermo de alcohol; evidentemente los miembros de la familia tienen una gran variedad de sentimientos y actitudes contradictorias acerca de la bebida, así que primeramente estos sentimientos y actitudes será necesario que salgan a la luz y se comenten; las familias también pueden hacer cambios para ayudar a la persona a que mantenga la sobriedad, siempre y cuando no pongan en peligro el propio bienestar familiar; se deben restablecer los canales de comunicación y cuidarse unos a otros; las responsabilidades familiares deben redistribuirse; el tiempo de ocio y disfrute debe mejorarse; por toda esta serie de cosas, es fundamental que la familia se involucre en el tratamiento contra las adicciones.
Conseguir cambios es algo difícil para toda la familia, sin embargo es necesario tiempo y esfuerzo, asumiendo que existen riesgos, por ello toda la familia debe sentir que sí se necesitan cambios, sugiriéndose como una actividad importante, hacer una lista del por qué necesitan los cambios, así como mencionar qué impacto tiene en ellos el hacerlo o no hacerlo.
Es probable que se necesite tiempo para que los familiares puedan confiar en que la persona con problemas de alcohol se mantenga sobria, lo más normal es que la confianza haya sido sustituida por la duda, pero esto resulta algo natural y debe ser reconocido por todos; si las personas están nerviosas porque desconfían que su familiar siga bebiendo, es bueno expresarlo de un modo apropiado, por ejemplo, podría decir: “Estas haciendo un gran esfuerzo por permanecer sobrio y yo he disfrutado estando a tu lado todo este tiempo, sin embargo, has llegado tarde varias noches después de salir del trabajo y pareces bastante preocupado, me pregunto si estás teniendo problemas con la bebida otra vez”. Esta es una manera de expresar la preocupación, la cual inclusive puede que anime a tu familiar a discutir la situación bastante mejor que si tú se la expresas de manera de enfado o reclamo.
La falta de confianza es desagradable para todo el mundo y puede convertirse en un disparador para recaer en el vicio de la bebida.
A continuación te enlistamos algunos modos que la familia y el familiar con problemas de alcoholismo, pueden utilizar para generar mayor confianza entre sí:
- A todos los miembros de la familia se les pueden solicitar contribuciones para crear nuevos caminos de comunicación, alternativas a la bebida o evitar disparadores.
- Los familiares deben conocer los objetivos de la persona con problemas de alcohol y cómo piensa cumplirlos, recordando que es responsabilidad de él o ella el seguir adelante con sus planes.
- Los familiares deben guardar respeto y consideración hacia la persona con problemas de alcohol, recordemos que las promesas solamente deben hacerse si pueden cumplirse, por ello se deben establecer objetivos reales y convenientes para la situación.
- Si la familia comprende qué es lo que impulsa a beber a su familiar, cuáles son los cambios que él o ella van a realizar y cuáles son los cambios que espera que la familia lleve a cabo, esto servirá de punto de partida para restablecer otra vez la confianza de la familia al menos durante un cierto periodo de tiempo; los familiares pueden y deben utilizar las terapias familiares como lugares en los que expresar su falta de confianza y así poder enfrentarse a ella, sin embargo, la confianza necesita un cierto tiempo para poder recuperarse.
Este comparativo nos informa los porcentajes de consumo de bebidas alcohólicas en América Latina:
La siguiente es una lista que resume los cambios que los miembros de la familia pueden llevar a cabo para mejorar la calidad de la sobriedad y de las relaciones familiares:
- Procurar mejorar la comunicación, expresando del modo más directo posible los pensamientos y sentimientos de cada uno de los integrantes, e interrumpir la conversación si se vuelve demasiado conflictiva y retomarla más tarde.
- Escuchar cuidadosamente unos a otros, respetando las diferencias de opinión.
- Reservar un momento del día sólo para hablar.
- Establecer objetivos día a día.
- Premiar los logros a corto y largo plazo.
- Dedicar algún momento del día sólo para relajarse.
- Comenzar a compartir responsabilidades de nuevo.
- Esforzarse en mejorar las actividades de ocio y tiempo libre, tanto individuales como conjuntas.
- Hacer cumplidos para mejorar los buenos sentimientos.
- Establecer compromisos, de modo que todo el mundo salga ganando.
- Desarrollar planes adecuados de seguimiento, para poder mantener los cambios alcanzados.
- Hablar abiertamente de los problemas relacionados con el alcohol, tratar directamente de cuándo los miembros de la familia deben beber, de si debe guardarse alcohol en casa, y de si debe irse a ciertos tipos de fiestas o reuniones sociales.
- Hablar acerca de las tentaciones e impulsos de beber y apoyar los cambios positivos que se vayan consiguiendo, principalmente si la persona adicta se encuentra en una clínica de rehabilitación para las Adicciones.
- Dejar que sea la persona con problemas de alcohol, quien asuma la responsabilidad de beber o no beber.
- El fuerte deseo de consumir alcohol puede ser intenso, sobre todo en los primeros seis meses después de dejar de beber, pero con apoyo familiar en este proceso, se estará preparado para el reto, que finalmente es ayudarse a desarrollar nuevas habilidades de afrontamiento para hacer frente a situaciones de estrés, las ansiedades y la presión social para beber.
Finalmente recordemos que la familia es parte esencial de nuestro desarrollo a través de la vida, y que siempre jugara un papel primordial en nuestros éxitos y fracasos.
Aquí les presentamos las diferentes fases de una adicción, para que tengan una idea más clara:
Fuente: Clínica Ser