El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.

El principal componente de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol etílico, que tiene diferente concentración dependiendo de su proceso de elaboración.

El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18horas. Es eliminado finalmente a través del hígado. La presencia continuada de alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento del hígado y cerebro se ve gravemente afectado.

Pocos minutos después de haber bebido, pueden aparecer una serie de efectos, cuya manifestación varía según la cantidad ingerida y las características de cada persona. Por orden de aparición en el tiempo y en relación con la concentración de alcohol en el organismo, estos efectos serían los siguientes:

-Desinhibición
– Euforia
– Relajación
– Aumento de la sociabilidad
– Dificultad para hablar
– Dificultad para asociar ideas
– Descoordinación motora
– Intoxicación aguda

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Dificultad al caminar, visión borrosa, arrastrar las palabras al hablar, reacciones lentas, memoria deteriorada: Claramente el alcohol afecta al cerebro. Algunas de estos deterioros se detectan después de haber bebido solamente uno o dos tragos y se resuelven rápidamente cuando se deja de beber. Por otro lado, una persona que bebe grandes cantidades durante un largo período de tiempo podría tener alguna deficiencia que persiste mucho después de conseguir sobriedad. Exactamente cómo el alcohol afecta el cerebro y la posibilidad de hacer reversible el impacto en el cerebro por beber grandes cantidades son todavía temas álgidos dentro de la investigación del alcohol hoy en día.

Sí sabemos que beber grandes cantidades podría tener efectos extensos y de gran alcance en el cerebro, desde simples “lagunas” en la memoria hasta condiciones permanentes y debilitantes que requieren una vida entera bajo tutela. Y aun beber moderadamente conlleva a una limitación de corto plazo, tal como lo demuestra la investigación extensa sobre el impacto que causa la bebida al conducir un vehículo.

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