Llegados al punto en el que alguien se pueda a empezar a plantear si puede tener algunos síntomas de adicción al alcohol, alcoholismo, lo más probable es que la respuesta ya sea afirmativa. Uno de las grandes dificultades que presenta esta adicción es reconocer conscientemente aquello que probablemente ya hace tiempo que inconscientemente se sabe, o se sospecha: que se tiene un problema con la bebida. Ha aparecido el alcoholismo.
Algunos síntomas típicos del alcoholismo son:
– Creciente tolerancia de los efectos del alcohol.
– Necesidad diaria de alcohol. Esta necesidad se va incrementando progresivamente reduciéndose el periodo de “reposo”.
– Pérdida de control. Se es incapaz de dejar de beber, o de moderar el consumo de alcohol.
– Se bebe en solitario cada vez con mayor frecuencia. Cualquier excusa es válida.
– “Lagunas” en la memoria; aparecen episodios de amnesia.
– Estallidos de violencia relacionados con el consumo de alcohol.
– Crecientes problemas en la vida social, familiar, y laboral. Absentismo laboral.
– Episodios injustificados de mal humor.
– Hostilidad a hablar de temas relacionados con la bebida, e intentos de ocular el problema de alcoholismo.
– Reducir la alimentación y descuidar la apariencia.
– Nauseas, vómitos, calambres, dolores abdominales, temblores incontrolados, confusión, enrojecimiento y capilares de la cara dilatados, cansancio, agitación, insomnio.
– Pérdida de apetito, o incluso intolerancia a la comida.
– Alucinaciones, sudores, convulsiones, desvanecimientos, taquicardias.
Ante la presencia de estos síntomas, o de una parte de ellos, la mejor solución es buscar ayuda médica de centros especializados en problemas con la bebida.
Fuente: www.otrascosas.com