La expresión del amor verdadero es tan fácil entre los abuelos y los niños – y entre los buenos amigos que pasa sin esfuerzo. ¿Pero por qué es tan difícil de compartir el amor verdadero con un cónyuge o amante? ¿Por qué, en cambio, nos queremos poseer? Y a partir de ellos podemos soñar con devoción desinteresada. Sin embargo, ni la posesión ni la devoción garantiza la seguridad que anhelamos.

El verdadero amor no es egoísta, sino que libera tanto para el dador y el receptor. Sabiendo que eres amado se sostiene nuestro corazón y se disminuyen nuestras dificultades. No nos une, sin embargo, paradójicamente enlaza nuestros corazones. Estos estímulos para crecer, para cambiar, para atreverse a salir si es para nuestro propio bien, son expresiones de verdadero amor. El verdadero amor no es la propiedad, la administración única de las experiencias de este momento.

Vamos a ser amables unos con otros, y amar plenamente con la confianza, como un hijo ama a una abuela.

Fuente: Clinica Ser